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El Poder de la Educación en el Hogar
La educación recibida en el hogar es esencial e insustituible para crear personas integras. La familia deja su huella indeleble en la vida y esencia de todo individuo.
Ni la escuela, ni la universidad, ni ningún otro centro educativo pueden sustituir la riqueza, potencialidad y versatilidad que proporciona la vida en familia.
Sin embargo, hoy en día el colegio es fundamental para el aporte técnico y de conocimientos en los estudiantes, debido que actualmente existe un desapego generalizado entre los padres e hijos. Padres con demasiadas preocupaciones económicas y/o expectativas individualistas en el ámbito laboral, que a muy corta edad dejan al cuidado de sus hijos en jardines infantiles y colegio.
El privilegio de educar a nuestros hijos
Un gran privilegio de Dios es disponer de tiempo, fuerzas y entusiasmo para educar a nuestros hijos. Lo más fácil sería, sin duda, entregarlos al colegio en jornada completa y que aprendan costumbres y comportamientos de sus compañeros.
Pero tomar la decisión más difícil es querer educarlos nosotros, sus padres. Dejar nuestro tiempo que podríamos ocuparlos en ociosidades como estar observando Facebook o ver películas. Pero se podría decir que hay ahí un amor más profundo para querer dedicar ese tiempo a la educación de nuestros hijos.
Padres Capaces
Los padres, desde los primeros días de vida de nuestros hijos somos verdaderos profesores y maestros. Por ciertos, algunos mejores que otros. Pero todos con las capacidades para realizar esta tarea. El problema es que vivimos en una sociedad que nos segrega a ciertas formas de comportamiento y boquea el entendimiento de poder ejercer esta tarea.